martes, mayo 30, 2006

La esperanza muere al último

He estado un poco triste…porque la vida te tiene guardadas muchas experiencias y no siempre agradables, por ejemplo, el día de ayer cuando llegué a casa, después de un largo pero muy interesante día de escuela y conferencias sobre publicidad, saludé a mi mamá y rápidamente noté en su semblante signos de desconcierto y desconsuelo, a esto sumémosle unos ojos llorosos. Me dijo - ¡tu abuelito Pedro está en el hospital!, le dio un infarto por la tarde y se encuentra muy grave; mi corazón se agitó bastante, fue una reacción inevitable y consecuentemente me solté a llorar. Siempre he sabido que el llorar no soluciona nada, pero de verdad que cómo desahoga uno su impotencia ante este tipo de situaciones, es una descarga de emociones –si quieren viscerales- pero inherente a mi pobre condición humana. Corrí a hablarle a mi papá para que me diera mayor detalle, y su tono de voz quebrantado nada me animó, todo parecía empeorar y yo sin poder hacer nada. Tan sólo aguardar para ver como respondía mi abuelito. Y así transcurrió todo el 29 de mayo. Sin embargo, hoy 30 lo visité y me contó que su madre y un tío también ya fallecidos y una nieta (con vida) lo visitaron por la madrugada, cosa que le provocó mucho temor, -dijo- ¡sólo me observaban sin hacer un solo comentario, detrás de la ventana! No puedo negar que su comentario me desconcertó, porque a todos los que lo visitamos nos platicó lo mismo, pero no entendimos si eso se debió a los tranquilizantes que por la noche le inyectaron, o durante su sueño y tal vez no recordaba certeramente, o peor aún por los daños cerebrales que el infarto hubiese provocado, o una especie de premonición. Platicamos por unos veinte minutos, ya me había dicho mi abuelita –su esposa- que estaba un poco sentimental y que lloraba por ratos, pero conmigo fue muy fuerte y la verdad es que la fortaleza con la que se aferra a la vida me sorprende y me enseña un sin fin de cosas. Yo por mi parte llegué con toda mi buena vibra, y energía positiva que pueda albergar en mi ser, lo saludé, le pregunté cómo se sentía, y no lloré, ¡wow!, realmente estoy sorprendida de mi misma, pues con cosas como éstas me quiebro y azoto muy fácilmente, y ahora no, el verlo tan fuerte y con tantas ganas de salir rápido de ese estado y de ese lugar me contagió. Los doctores dicen que evoluciona satisfactoriamente, no obstante, no descartan la idea de una réplica; es decir, que otro infarto sacuda su vida. Él se encuentra en observación, y todos los que lo queremos esperamos que sane muy rápido y salga del hospital victorioso. Mi abuelito es poco expresivo, pero sé que en el fondo le agrada y se siente muy bien de que todos sus seres queridos estemos con él, imagínense lloró frente a su esposa e hijas –digamos que se chiqueó un poquito- pero bueno eso es muy tierno y comprensible. Mi abuelito Pedro es -cómo decirlo- una persona muy activa y luchona por eso todos sabemos que estará bien, aunque por momentos flaqueemos y temamos lo peor. Todos sabemos que lo único seguro en esta vida es la muerte, pero confiamos que a ti todavía no te toca así que… ¡Arriba abuelito, arriba!
Brenda

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Brend, tú sabes que de verdad deseo que esta historia evolucione satisfactoriamente. Sé que tú tendrás la fortuna de que así esa y me alegro con toda sinceridad. Sabe que aquí estoy, y que más allá de nuestros pequeños conflictos... nos tenemos!

31/5/06 10:08 p.m.  

Publicar un comentario

<< Home